La seguridad en el transporte público es un problema global. Más allá de los siniestros, con consecuencias de diversa gravedad, hay riesgos tanto dentro del vehículo como en las paradas o estaciones, que también hacen a la seguridad del sistema. Sin embargo, se deben tomar en cuenta todas las dimensiones. Por ejemplo los riesgos para las mujeres: el 100% sufrió acoso sexual en el transporte público. También la incidencia sobre la salud física y mental. Así, además de la vigilancia, más y mejor información sobre horarios de salida y llegada, paradas, estaciones y vehículos más limpios y seguros y buenos hábitos de seguridad de los pasajeros son claves para la prevención.
¿Qué es la seguridad en el transporte público?
Cada día, millones de personas se desplazan en el transporte público. Según datos del Ministerio de Transporte, en 2021 se trasladaron casi 100 millones de personas en el transporte urbano. Éstas recorrieron más de 550 millones de kilómetros: ¡13.750 veces la vuelta al mundo! En tanto, la red ferroviaria del área metropolitana fue abordada en 2022 por casi 350 millones de pasajeros.
La seguridad en el transporte público es monitoreada por una Junta de Seguridad en el Transporte. Es un organismo creado por la ley 27.514. Tiene a su cargo garantizar la protección de las personas, su bienes y el medio ambiente en el transporte. De hecho, investiga sucesos, controla medidas de seguridad y emite recomendaciones para promover una cultura de la seguridad en el transporte.
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Así, la seguridad en el transporte público puede entenderse desde distintos puntos de vista:
- Gestión del tránsito. Implica disminución de tiempos de traslado, control de accesos y flujo vehicular y reducción del impacto sobre el medio ambiente.
- Protección perimetral de estaciones y terminales. Se basa en dos aspectos: el diseño de las áreas y la protección mediante sistemas físicos y electrónicos.
- Gestión de incidentes. Incluye la prevención y persecución del delito así como sistemas de alerta ante distintas situaciones.
- Prevención de riesgos sanitarios. La necesidad de esta estrategia se puso en evidencia durante la pandemia de COVID-19, por eso muchas prácticas continuaron y actualmente incluyen normas de convivencia y prevención de riesgos para la salud física y mental de los pasajeros.
- Educación vial y buenos hábitos de seguridad del pasajero.
Percepción de los usuarios sobre seguridad en el transporte público
La plataforma Moovit, que utilizan millones de personas diariamente para moverse con el transporte público, lanzó en 2022 un interesante informe basado en datos de los usuarios.
Así, se pueden conocer los principales problemas de seguridad en el transporte público de parte de los pasajeros. En Argentina, el estudio analizó las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
En cuanto a las mejoras que harían más seguros y confortables los viajes en transporte público, los pasajeros reclamaron:
- Información confiable sobre horarios de llegada y salida.
- Vehículos, estaciones y paradas más limpias.
- Mayor frecuencia de vehículos y esperas más cortas.
- Menos transbordos y más líneas directas.
- Sentirse más seguros.
- Menor congestión de tránsito para hacer los viajes más cortos.
- Vehículos con menor nivel de ocupación.
Tecnologías para la seguridad en el transporte público de pasajeros
Los avances tecnológicos ofrecen soluciones interesantes para la seguridad en el transporte público de pasajeros. Sin embargo, deben complementarse con campañas de educación vial y buenos hábitos por parte de los pasajeros y conductores.
Videovigilancia
La videovigilancia tiene múltiples aplicaciones en la red de transporte público. Permite mejorar la gestión y supervisión de las operaciones, en las unidades y en estaciones o paradas. La finalidad es prevenir situaciones de riesgo en tiempo récord.
Por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires cuenta con más de 11.300 cámaras de seguridad en estaciones del área metropolitana y pantallas en el subterráneo que transmiten en directo lo que está sucediendo.
- Mejoras en la seguridad. Cámaras conectadas en red y analíticas de video permiten identificar al instante agresiones, intrusiones, vandalismo o incumplimiento de normas por parte de pasajeros. Así, se logra una respuesta más rápida de las autoridades. Las cámaras a bordo, conectadas en red, ofrecen un ambiente seguro a los pasajeros.
- Tiempos de servicio. La videovigilancia aumenta la seguridad en el transporte público al monitorear el funcionamiento, disminuyendo los incidentes que retrasan la salida o desplazamiento de las unidades y mejorando los tiempos de servicio.
Soluciones inteligentes
- Anillos digitales para controlar el ingreso y egreso en cruces críticos.
- Controles a motociclistas para prevenir el robo de celulares.
- Monitoreo en vivo y análisis inteligente de datos, para ofrecer alternativas de recorridos a los automovilistas particulares y descongestionar el tráfico en calles y avenidas.
- Plataformas abiertas para los cuerpos de control de tránsito.
- Alertas rápidas en casos de congestión vehicular.
- Sistemas de mensajes de voz o texto para alertar a la población en caso de situaciones de riesgo.
- Paradas inteligentes. Combinan prevención e información al pasajero. Suelen contar con pantallas LCD para compartir datos. Cuentan con botones antipánico, conexión Wi-Fi, cargadores USB y cristales antivandálicos.
Disminución del impacto ambiental
Según el Minsterio de Transporte de la Argentina, el transporte es la segunda fuente de emisión de gases con efecto invernadero del sector energía. El transporte de carga y pasajeros consumió casi el 32% del total de la energía. Además, genera el 90,9% de los gases contaminantes del sector transporte.
Esto lleva a la necesidad de disminuir el impacto ambiental del sistema y al mismo tiempo aumentar la seguridad en el transporte público.
- Sensores conectados a la red de cámaras. Registran detalles como obras viales, desvíos, accidentes y congestión. Combinados con datos de estaciones meteorológicas, brindan información sobre calidad del aire y partículas en suspensión.
- Controles vehiculares para disminuir el consumo de combustible. Por ejemplo mediante el control del odómetro se pueden detectar malos hábitos de manejo que incrementan el consumo.
Educación vial y buenos hábitos de pasajeros y conductores
La educación vial y la formación de buenos hábitos de conducta de pasajeros y choferes son esenciales para la seguridad en el transporte público.
Educación vial
Los peatones son el sector más vulnerable en los accidentes viales. La Asociación Luchemos por la Vida recomienda evitar las conductas de riesgo como cruzar o caminar distraídos, nos respetar las señales de tránsito y todo lo que hace a peatones seguros.
También hay recomendaciones para los conductores de autos particulares, a fin de mantener la seguridad dentro y fuera del vehículo y evitar accidentes.
En cuanto a los hábitos de conducción de los choferes, estos pueden ser monitoreados mediante soluciones inteligentes como GPS de rastreo de vehículos y elementos de asistencia a la conducción.
Buenos hábitos de comportamiento del pasajero
Los usuarios saben que deben compartir un espacio reducido con muchas otras personas durante varios minutos o hasta horas. Mantener un ambiente tranquilo en estas condiciones puede ser difícil pero es crucial para la seguridad en el transporte público.
Algunas recomendaciones son:
- Evitar el bloqueo de puertas durante el ascenso y descenso.
- Respetar los asientos prieoritarios.
- Utilizar auriculares y evitar usar el teléfono en voz alta durante el trayecto.
- Mantener distancia con otros pasajeros dentro de lo posible.
- Cuidar los efectos personales.
- No arrojar residuos al interior del vehículo.
Campañas para mantener la seguridad en el transporte público
Las campañas dentro de los vehículos de transporte público son esenciales para mantener la seguridad.
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Muchas ciudades en el mundo llevan adelante estas campañas. Por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires se pueden encontrar campañas sobre:
- Prevención de la violencia de género y acoso sexual. Constan de cartelería preventiva y números de teléfono o mensajería de texto donde denunciar el acoso. Está comprobado que la movilidad es diferente para los varones que para las mujeres. Según una estadística de la Ciudad de Buenos Aires, el 100% de las mujeres consultadas dijo haber sufrido situaciones de acoso en el transporte público.
- Normas de convivencia. Campañas destinadas a fomentar el respeto por el espacio de cada pasajero así como señalizar asientos reservados para personas con movilidad reducida. También recuerdan la prohibición de consumir bebidas alcohólicas dentro de la unidad.
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Hasta acá llegamos con la nota “La seguridad en el transporte público en Argentina: riesgos y medidas de prevención”. Esperamos te haya sido útil. Recordá que en USS Seguridad Integral somos especialistas en seguridad inteligente. Contactanos para más información.
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